El Daño Cerebral Adquirido (DCA) hace
referencia a personas afectadas por lesiones cerebrales que irrumpen de manera
brusca e inesperada en su trayectoria vital, provocando, en la mayoría de los
casos, secuelas muy variadas y complejas que afectan profundamente a la
autonomía del/de la afectado/a de forma permanente. De este modo, ya sea
producido por un accidente cerebrovascular, un tumor o un traumatismo craneoencefálico,
el Daño Cerebral Adquirido conlleva, en un gran porcentaje de casos,
importantes discapacidades en el ámbito de las actividades de la vida diaria y
laboral, además de otras importantes repercusiones a nivel familiar, especialmente en
aquellos casos en los que la discapacidad que se genera es de carácter
persistente y requiere una continua supervisión por parte de otras personas.
A través de
numerosos estudios, se estima que en las sociedades desarrolladas la incidencia
del daño cerebral se sitúa en torno a 250 casos por cada 100.000, lo que
supone que en nuestro país se producen anualmente 100.000 nuevos casos, de
los cuales, unos 25.000 tienen lugar en personas jóvenes, con edades
comprendidas entre los 15 y los 30 años, como consecuencia de un traumatismo
craneoencefálico.
Así mismo, cabe mencionar que más
de 300.000 españoles viven hoy día con una discapacidad por daño cerebral
adquirido, DCA, de los cuales se deben a lesiones sobrevenidas tras un
ictus más de 200.000 personas, a un traumatismo craneoencefálico
aproximadamente 50.000 y a otras causas
específicas como falta de oxígeno, infecciones o tumores cerebrales más de
60.000. No obstante, a pesar de tener orígenes tan frecuentes y graves (el
ictus o accidente cerebrovascular es por sí solo la tercera causa de muerte en
España y la primera en mujeres), el DCA sigue siendo un gran desconocido, lo
que hace difícilmente abordables los problemas de las personas afectadas y sus
familiares.
Cabe destacar que si bien hace
años los pacientes que sufrían alteraciones severas del Sistema Nervioso
Central tenían escasas posibilidades de supervivencia, hoy gracias a los
avances de la Medicina
las personas afectadas tienen altas posibilidades de sobrevivir. No obstante,
estos avances no se ha producido equitativamente en todas las ramas de la
medicina, generándose un desfase importante entre los avances de la situación
crítica y las etapas posteriores en el paciente. De esta forma hay una laguna
asistencial y social enorme nada más salir el paciente de la UVI. Superado el
peligro de muerte el paciente precisa una rehabilitación inmediata y
especializada para poder integrarse nuevamente a una rutina de vida lo más
normal posible para él y su familia.
En este marco, existe un consenso prácticamente
generalizado acerca de que el establecimiento de una red específica de recursos
sanitarios y sociales, para el abordaje integral del DCA, es una asignatura
pendiente en España, siendo necesario que los pacientes que sufren una lesión
cerebral sean sometidos a un intenso y exhaustivo proceso de rehabilitación que
les permita la recuperación de sus capacidades, lo que requiere del inicio
precoz de la rehabilitación así como de disponer de Centros Específicos en los
que se aborde el daño cerebral de una forma integral y a través de equipos multidisciplinares.
Estos datos convergen inevitablemente en la
conclusión de que el daño cerebral adquirido configura actualmente una
realidad sanitaria y social en nuestro país de magnitud creciente y gravedad extraordinaria que requiere una respuesta cada vez
más especializada
y estructurada por parte de las Entidades Públicas y Privadas así de cómo
soluciones inminentes.
Fruto de la sensibilidad de la Fundación Internacional
APRONI con esta realidad desde el patronato de la Entidad se considera
fundamental la promoción de recursos tanto asistenciales como residenciales
dirigidos a garantizar la calidad de vida de las personas afectadas de daño
cerebral adquirido, complementando así las actuaciones llevadas a cabo por la
familia y el entorno del paciente, lo que por otra parte supone una apuesta por
la innovación máxime teniendo en cuenta que en la actualidad la gran demanda
existente no se corresponde con la escasez de recursos e infraestructuras
disponibles.
Por tanto, el fin
perseguido por la Entidad ,
es dotar a la provincia de Sevilla y a la Comunidad Autónoma
Andaluza de un Centro Residencial de Atención Integral para personas con daño cerebral
adquirido, posibilitando así la atención a un alto número de personas
que por sus circunstancias personales, familiares y sociales lo precisen.