miércoles, 24 de abril de 2013

Juntos, podemos

Hace unos días escribíamos en Twitter que el triángulo de la rehabilitación se basaba en la terapia ocupacional, la estimulación cognitiva y la fisioterapia. Y que todos eran tan importantes que no podrían vivir la una sin la otra. Dicen que cada persona es un mundo y en el centro cada paciente recibe un trato especializado y único. Porque no hay dos cerebros iguales no deben  tratarse dos personas de la misma manera.



Médicos, enfermeros, psicólogos, logopedas, monitores... Todos estamos juntos en el mismo barco y remamos hacia una única dirección: la recuperación. Y en este proceso no podemos olvidar a las familias, pilar ineludible a la hora de enfrentarnos a una enfermedad neurológica o neurodegenerativa. El asesoramiento y el acompañamiento son fundamentales. A veces, estas personas se sienten desbordadas ante un trastorno y, es tarea de los diferentes profesionales orientar para que luego la rehabilitación siga en casa.



A través de la fisioterapia conseguimos que introduciendo pequeños ejercicios se pueden conseguir grandes cambios. En el aspecto cognitivo trabajamos la memoria, atención, cálculo, abstracción, orientación, etc. La terapia ocupacional nos ayuda a conocer mejor a lo que nos enfrentamos. Porque si comenzamos temprano, antes vendrán los beneficios. Este ejemplo es una pequeñísima muestra de lo que supone un programa de rehabilitación: un grupo de personas trabajando juntas para un fin común: mejorar las capacidades individuales de los pacientes.


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